EVANGELIZANDO A TRAVÉS DEL ESPÍRITU SANTO

LALY DE GARCIA

LALY DE GARCIA

martes, 11 de septiembre de 2012

Pasos de Fe y Obediencia





Todo ser  que se compromete con Jesús, debería comenzar una vida de crecimiento en Él. Antes desconocíamos quién era Jesús. Lo veíamos lejano y por lo tanto inalcanzable, después de conocerlo queremos parecernos y eso supone un proceso de cambio en el cual es Él quien nos va a ayudar en forma palpable a través de su ESPÍRITU SANTO

Aquí es donde debemos dar pasos de Fe y de Obediencia. No podemos tener a Jesús sólo para los días que nosotros deseemos porque Él ya está con nosotros todas las horas de nuestra vida y nada le es desconocido, pues Él nos conoció desde el vientre de nuestras madres, desde ahí nos llamó constantemente.

¿Qué nos ayuda para este crecimiento?

·               La oración: Conversación sencilla, sincera, como niños que todo lo hablan, y que debe darse en cualquier momento sin mayor protocolo ni formalidades.
·               La confesión: Declaramos nuestras faltas, pecados, errores a Él. Y otras veces ante hermanos más crecidos, los cuales deben guardar el secreto de la confesión y ministrarnos el perdón.
·               Apertura al ESPÍRITU SANTO: Esto es, abrirse a la acción de la tercera persona de la Trinidad en todos los momentos que sean necesarios para que esta persona de Dios ponga luz o ilumine las partes más recónditas, escondidas, oscuras, que podamos tener consciente o inconscientemente para que vaya quedando todo en orden en nuestra vida conforme a los principios de Cristo.
·               La comunión íntima: “La comunión íntima del Señor es con los que le y a ellos hará conocer Su pacto…” Salmo 25:14. “Más su comunión íntima es con los justos…”, Proverbios 3:32. La comunión es una forma de oración o encuentro con el Señor, en la cual me desnudo espiritualmente frente a Él, derramándome en adoración. Es similar a la relación de esposo con esposa  porque es en esa relación donde como esposas nos conocen con todos nuestros defectos físicos, sicológicos y espirituales. En esa relación, la esposa es la única que conoce al varón con todas sus virtudes y defectos, biológica, sicológica y espiritualmente.
·               La lectura de la Palabra o Biblia. Especialmente Hechos de los Apóstoles, los Evangelios, Salmos, Proverbios y luego el Antiguo Testamento, Hebreos 4:12 “Porque la Palabra es Viva y Eficaz y más cortante que toda espada de dos filos: y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. La vida de Cristo relatada por sus apóstoles son enseñanza viva para nosotros los cristianos y por consiguiente nos va descubriendo tal como somos y nos permite dar pasos de obediencia ante Él y para Él.
Todos estos pasos van trayendo fruto agradable a Dios y son percibidos y gustados por muchos que en este tiempo le buscan y lo anhelan.


9.                 Conclusión

Dios nos creó por Amor. Nuestra vida tiene propósitos claros, definidos. No podemos quedarnos tranquilos después de nuestro compromiso con Cristo, sentándonos domingo a domingo frente a un pastor o sacerdote, sintiendo que hemos cumplido con Dios, asistiendo al culto, que es un homenaje a Dios o a una misa o acción de gracias. Nuestra vida debe ser reflejo de Jesús, por lo que necesitamos estar día a día en Su presencia, entendiendo que toda circunstancia que vivimos “nos ayuda a bien”, o sea todo es útil y nos trae madurez, crecimiento en Él. Todo ayuda a bien a los que aman al Señor.

Jesús siendo Hijo de Dios, tenía claro a lo que venía y concluyó su ministerio o servicio, haciendo la voluntad del Padre hasta la muerte, la muerte de cruz, pronunciando en el Gólgota: “Consumado es”. Es decir, todo fue hecho.

Todos tenemos capacidad para conocer a Dios, amarlo y  agradarle. Oseas 6,3.
Sobre toda cosa guardada debemos guardar el corazón. Proverbios 4:23.

El corazón que se traduce como el alma, el espíritu, mente debe ser revisado constantemente, a la luz del E. Santo.

Es importante tener cerca de uno, alguien que con buena voluntad nos pueda ayudar en el crecimiento espiritual. Todos  necesitamos formación: Jesús formó a muchos discípulos en varios círculos: Un círculo de más de setenta y tuvo los más íntimos, sus doce discípulos o seguidores; también nosotros necesitamos la formación y compañía de otra persona en la formación de la vida en  Cristo. En las cartas a las diferentes iglesias habla de esta forma: Anímense (1ª Tesalonicenses 5,11) y exhórtense unos a otros (Col.3, 16), Confiésense unos a otros Santiago 1,16 “Oren unos por otros”, hospédense unos a otros (1ª Pedro 4,9).
Busquemos el gobierno de Dios y nuestras almas serán gobernadas por Él, para ello debemos ser humildes, humildes  para reconocer las cosas que deben cambiar en nuestro ser.
No olvidemos perdonar:
·               a nosotros,
·               las circunstancias,
·               a Dios, y,
·                a toda persona que de una u otra manera, consciente o inconscientemente nos debe algo.

Al efecto, en un verso de la oración modelo del Padre nuestro, Jesús nos enseña:

“… Y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
En otras versiones dice: “Y perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”, es decir, aquel que nos debe amor, caricias, aquel que nos debe ofensas…
Pensemos con misericordia de los demás así como deseamos que tengan misericordia con nosotros. Jesús quiere misericordia, no sacrificios.
Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia.

Recordemos que un alma herida no sólo actúa mal, toma malas decisiones.

Una persona con alma herida,  necesita sanar, limpiar su alma para así poder poner por obra la Palabra, que es Jesús mismo quien quiere manifestarse hoy.




 Fuente: Libro El Alma de Laly de García


¿Qué piensa Dios para nosotros?



¿Qué piensa Dios para nosotros?

Dios o el Señor o Dios Trino, piensa de nosotros lo mejor porque nos ama y nos ve a través de Su amor y Su propósito para con nosotros. El Padre Dios siempre espera nuestra entrega a Él, por ello dio a Su Hijo para pagar por nuestros pecados. Dice Su Palabra: “Mis pensamientos no son tus pensamientos, ni tus caminos Mis caminos, como son más altos los cielos que la tierra, así son Mis caminos más altos que tus caminos, y Mis pensamientos más que tus pensamientos”, Isaías 55, 8 y 9.

Dios siempre quiere llevarnos por el mejor camino, porque anhela lo mejor para nosotros y de igual manera tiene los más altos pensamientos para nosotros. Él piensa bien y anhela bien para nuestras vidas.

Isaías 26.3 “Tú guardarás en completa paz…” Los pensamientos de Dios son de paz para nuestras vidas.

Nosotros alejados de Dios, pensando como hombres y mujeres sin Él, damos lugar a pensamientos carnales,  pensamientos de mi propia naturaleza sin gobierno de Dios, que nos llevan a no tener paz, a pensar mal incluso de nosotros y de otros. Por tanto, hacemos el mal lo que nos traslada a vivir con malos pensamientos y en confusión, engaño, culpa, etc.
Dios nos ama y desea que vivamos en completa paz, no la paz del mundo, es Su Paz y con pensamientos guiados por Él, sometidos a Su persona.

¿Qué pensamos de nosotros?

Pensamos lo peor: no creo que pueda… pienso que no llegaré a ningún lado… Así como pensamos tan mal de nosotros de la misma forma pensamos de otros:…esa persona nunca hará nada bueno…

Dios Trino, tiene pensamientos buenos y agradables. Quiere que tengamos esos pensamientos de nosotros y para nosotros, así como para otros. Eso nos llevará a hacer el bien, a vivir en paz, a saber amar y perdonar, a tener compasión, a ser justos, incluso a no ser juez tan duro con nosotros mismos.

Por ello, Dios quiere hacer un pacto con nosotros; es gentil, nunca obliga, pero nos da oportunidades para que andemos en Su camino.

Él dice: “Yo pondré  mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones”,  Hebreos 10.16 y 17.

Nosotros no nos olvidamos del mal que nos hacen, vivimos pensando en ello, lo que nos daña y hace daño a otros.

Por otro lado, nos recordamos de lo malo que hemos hecho y no nos perdonamos, lo que nos hace tener una autoestima baja, nos hace sentir culpables, trasladamos a otros nuestras conductas, nos llenamos de culpa y amargura.

Cuando nos volvemos a Dios, caminamos de Su mano, tratamos de vivir Su Palabra, todo comienza a ser diferente, por medio de un proceso en el que el Espíritu Santo nos va ayudando a ser más parecidos a Jesús. Tenemos cambios: pedimos perdón a Dios, reconocemos nuestras fallas, creemos en el poder de Su Sangre y Su sacrificio en la cruz, comenzamos una vida de confesión, de perdón a nosotros, a las circunstancias vividas así como, podemos por medio de ejercicios espirituales tales como la oración, confesión, etc., a perdonar a otros y limpiarnos de rencores, resentimientos, amarguras, etc. Ya no gobierno mis pensamientos es el Señor quien tiene el gobierno sobre ellos o, por lo menos reflexionamos, meditamos sobre ellos para hacer las operaciones espirituales necesarias con el objeto de ir teniendo los pensamientos bajo la autoridad de Jesús.

Ya no me quedo en actitud pasiva dejándome envolver por ellos o solazándome en mis propios pensamientos… Podemos reconocer un pensamiento malo de uno bueno. Discernimos nuestros pensamientos para así optar por un pensamiento agradable a Dios Trino.

Jesús a través de Pablo nos dice:
“…nosotros tenemos la mente de Cristo”. Y si la tenemos podemos cambiar nuestros pensamientos para que nos lleven al bien que Dios anhela para nuestras vidas y las de nuestro entorno. Mateo 15,19.

Es importante entonces:
§     Encomendar nuestras obras a Cristo, y nos promete afirmar nuestros pensamientos (Prov.16).
§     Tener consejero (Prov. 15.22).
§     Tener en cuenta el consejo del Señor (Prov. 19,21), pues, su consejo Permanecerá.
§     Perseverar en el pensamiento de Dios (Isaías 26,3), para tener paz.
§     Tener pensamientos altos y andar de acuerdo a ellos Isaías 55.8, esto es andar con Dios Trino.
§     Que pensemos antes de responder Prov.15.28.
§     No pensar mal, Mt.  9.4.
§     Tratar de poner todo delante del Señor e ir sanando en Su Presencia y con su luz.
Pablo en su carta a la Iglesia de Tesalónica, les dice, luego de algunas recomendaciones  y exhortaciones capítulo 5, a los hermanos: “Examínenlo todo; retengan lo bueno. Absténganse de toda especie de mal. Y el mismo Dios de Paz les santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. 1ra. Tesalonicenses 5, 21 al 24.

-                La Imaginación

El imaginar bíblicamente se asocia al pensar.
Generalmente nuestra imaginación nos lleva a inventar imágenes dentro de  nosotros. Todo lo que necesitamos para escribir un poema, una novela o crear un canto es la imaginación. Podemos estar en un cuarto oscuro sin embargo, la imaginación me tiene en un paisaje que puedo hasta inventar porque la imaginación concibe en nuestro ser un paisaje donde estamos libres, tendidos en una pradera, corriendo hacia un árbol o tal vez mojándonos los pies en un río que canta entre las piedras. El poeta no necesariamente escribe cuando está inmerso en las circunstancias más adversas, en los parajes menos hermosos y en los tiempos menos pensados.

A veces, vagamos en nuestra imaginación y nos creemos príncipes y princesas.

Cuando nos convertimos a Cristo esta imaginación tan natural da paso a una imaginación espiritual que viene a inundar nuestra vida cristiana.  Puedo imaginar a un Cristo Vivo (cada cual tiene una imagen de Cristo en sí), que nos lleva de la mano y nos sostiene en las dificultades. Puedo imaginar al Padre que me sienta en su regazo y me abraza en su pecho. Este tipo de imaginación es de gran ayuda para quienes hemos tenido un padre ausente, o estamos faltos del amor de padre biológico y jamás estuvimos en los brazos de nuestros propios padres.

En la alabanza y en la adoración la imaginación espiritual va creando momentos irrepetibles para provecho de uno o de muchos, ya sea en mi comunión a solas con el Señor, o cuando estoy reunida con mis hermanos en la fe.

Podemos clasificar la imaginación al igual que los pensamientos: en carnal y espiritual. Ya dijimos que pensamiento carnal es el que proviene de mi propia naturaleza sin Dios, igualmente la imaginación. La espiritual es aquella que fluye de mi naturaleza con Cristo como Señor de mi vida.

Fuente: Libro El Alma de Laly de García

Testimonios por Laly de García



Testimonio: Hace unos 8 años atrás más o menos caí en una depresión. Fue bueno tenerla, para entender a otros. Mi propia hermana la padecía. Ella me lo contaba mas yo no la podía entender. Me decía, tratamos de darle lo mejor, esconderle muchas cosas tristes que pasamos. La pregunta era ¿cómo puede ser que tenga depresión? Sin embargo, la padecía. Mi depresión fue durísima, los fármacos que me recetaban no me caían bien, me daban vértigos. Lloraba de mañana hasta la noche, no era un llanto silencioso, era un llanto a gritos, desgarrador. Sentía un sufrimiento enorme que corroía mi ser. Pasaba con la Biblia y un cuaderno, anotando sobre la angustia, la soledad, el dolor del alma. Aún no comprendía yo el por qué; me trató una Psiquiatra. Yo le contaba las más diversas cosas vividas, llorando.
Nada parecía aquietar mi dolor. Un día vino un primo y al verlo me puse a llorar, le pedía perdón por mil cosas que no había podido hacer…él me miró, respondiendo: tú has hecho lo que podías. Sentía soledad, culpa, dolor de cosas que no había podido hacer, dolor de estar sola, de verme tan poca cosa, ante miles de sensaciones de tristeza profunda. Sentía que nadie realmente me quería y comprendía. Un día comencé un proceso de hablar, trasparentar situaciones, hechos, que a pesar de mucha sanidad interior, vaciamiento, ministración de liberación, salieron a flote, venían a mi mente. Estaba débil, no encontraba la fuerza para hacer los ejercicios espirituales que conocía. Hubiese querido tener a las personas, algunas sí las tuve, poder conversar con ellas. Las cosas se fueron dando poco a poco. Me hicieron una terapia de psicodrama; pude iniciar un camino de regresión. Les puedo decir que quienes me vieron dando retiros, enseñanzas, apoyando a mi marido, no entendían nada. Eso fue peor. Un peso doloroso. Hubiese querido tenerles más cerca, sentir sus brazos, sus manos, sus miradas cariñosas… Fui dando los pasos que creí serían importantes para mi cura. A pesar que en algunos no fui entendida, necesitaba que me ministraran el perdón, pero no fue así; tuve que esperar por varias semanas.
Luego, vino ese perdón, también la crítica. Pero, estaba firme en seguir dando los pasos que fueran necesarios para salir adelante.
Mi decisión fue acertada. Pude sanar poco a poco.
Aprendí que una persona que está sufriendo una depresión:
·                no es por lo último que tuvo que vivir.
·                Son muchas situaciones o cosas que han afectado.
·                Puede venirle a un siervo o sierva del Señor. No es raro. Son personas que han atendido muchas vidas. Tienen que vivir sus propios problemas familiares. Están sujetas a soledad, a no sentir el amor, a tener que ser fuertes cuando en verdad somos vulnerables,  podemos cometer errores, sentir que pecamos, sentirnos incomprendidos(as), como seres humanos tener expectativas frustradas.
·                La persona entregada a la tarea espiritual es un ser humano, no tiene nada de ser superior, necesita cariño, estímulo, aceptación, comprensión, compasión. Es claro que quien está en el Camino, es una persona que está en formación, por tanto está sujeta a errores, a desconocimiento. Quien está en formación está aprendiendo. El siervo o sierva de Dios no está acabado.
·                 
TESTIMONIO:
He conocido  a sacerdotes, guías, pastores, que cuando reciben cariño, sea pequeño o grande, ellos manifiestan su alegría y gratitud por estos gestos de comprensión a su tarea. Es cierto, cuando uno se involucra en la tarea espiritual no tiene tiempo para almorzar o cenar con quietud, de manera que cuando nos invitan nos sentimos gratificados, comprendidos, amados. Podemos estar tranquilos y gratos con quienes son seguidores de Jesús, nuestros hermanos que nos bendicen.
·                A veces, en la labor espiritual se pueden recibir juicios que son duros, muy duros. Lo que afecta no solamente la comunicación sino la relación fraternal. Es bueno representar una crítica con delicadeza, vivencia y/o amor.

TESTIMONIO:
En mi caso he sido criticada por ser muy carismática: los carismas los da Dios Trino, son regalos, no indica santidad, sólo fe y obediencia. Me han criticado también por mis continuas enfermedades, en verdad, soy débil en esa parte, pero no puedo hacer más que aceptar con resignación lo que me ha correspondido vivir. No es grato estar enfermo, con fármacos, a veces en cama otras en clínicas, otras trabajando con dolores y sintiéndose muy frágil. Lo más duro es que te digan que es “por causa de pecados no confesados”.
El hecho de escribir charlas, dar retiros, prepararse para ellos, en todo, no significa que te aplaudan, por el contrario es arma de doble filo ante cualquier traspié que como ser humano tenemos. Es objeto de crítica.
Por todo lo anterior, se diga: “quiere ser vista”, “quiere estar sobre su marido”. Sin comentarios.
Un sacerdote, muy amoroso, me comentaba que a él lo criticaban mucho, pero a ninguno de sus feligreses se le ocurría ofrecerle ayuda. Es decir, estaban pronto para la crítica, lentos para trabajar con su pastor.
·                En oportunidades la familia de la persona entregada a la labor espiritual, tiene sufrimientos. Puede sentir que no se ha dado por entero a los suyos. Hay sentimiento de culpa. Se descansa cuando la persona se acerca y cuenta  todo cuanto Jesús ha hecho por ella y por ellos, con gratitud; y dar a conocer el compromiso.
·                En la iglesia no se comprende el estar en depresión; creo que ahora hay más luz. Por eso recomiendo no prejuzgar a la persona enferma de depresión diciendo, por ejemplo: “algo hizo… por eso está enferma”; “quizás tiene pecado oculto”.


Monólogo de Laly de García

Presentación de libros

Encuentro con Jesús Señor SEÑOR