Dios en
todo tiempo ha querido mantener una relación con su creación: el hombre. Y tal
como una familia se comunica, Dios también utiliza la comunicación como base
para relacionarse con nosotros. Es decir, Dios mantiene un diálogo con cada uno de nosotros. Dios quiere,
comunicarse conmigo, también contigo permanentemente.
Desde que
me desarrollo, aprendo de Jesús, como discípula y el tiempo que por
misericordia estoy guiando vidas, junto a mi marido, otros hermanos, en un grupo de oración, he
podido comprobar, ver y experimentar que se dan bastante dos extremos dentro de
la Iglesia - del pueblo de Dios-: en una, hermanos o hermanas que hablan
siempre anteponiendo la frase: “El Señor me dijo”. Y en la otra, hermanos y
hermanas que pacientemente y en una actitud pasiva absorben a aquellos que así
se expresan, como si sólo a unos pocos,
Dios hablara o fuera un privilegio, un indicador de su perfecta santidad. Así
se desarrolla una actitud de admiración hacia aquél que habla de parte de Dios,
ya sea en un grupo de oración o en un culto. Se torna en “un centro” de miradas y un tema de
conversación positiva o negativa.
Mediante
las Escrituras podemos constatar que Dios siempre ha hablado a Su pueblo. Tú y
yo somos parte de ese pueblo.
Desde el
principio Dios se comunica con el hombre.
Génesis 46,
2: “Habló Dios a Israel en visiones…”.
Éxodo 20,1:
“… y Dios habló todas estas palabras…”.
Éxodo 25,
22: “… y hablaré contigo”.
Deuteronomio
5,24: “hemos visto que el Señor habla al hombre”.
¿Cómo un
matrimonio o cualquier relación
fructifican, para arreglar situaciones?
CONVERSANDO, HABLANDO, COMUNICANDO, TRANSMITIENDO al otro -
cónyuge -
cuanto sea necesario para buscar una solución.
¿Por qué
fracasan las relaciones amistosas, las
relaciones de padres e hijos, de familia, etc.?
Por falta
de comunicación, de conversar, y de saber hacerlo.
Dios sabe
conversar, hablarnos.
Si algún
problema hay en esta relación es del hombre que se ha cerrado, ha querido
mantenerse solo, tal vez pensando: ¡Dios es perfecto, no va a querer hablar conmigo…! ¡Qué va a querer hacerlo!
¡No tiene tiempo! ¡No se fija en mí!
Decimos:
Son los sacerdotes, los Pastores, los que hablan con Dios.
Error. Dios
es perfecto en Su amor hacia nosotros, como tal no tiene problemas de
comunicación. Es sano. No tiene inconvenientes. El amor de Dios no es comos
creemos, basado en sentimientos que cambian, se basa en Su Buena Voluntad hacia
nosotros, de querer formarnos, enseñarnos, darnos a conocer Su voluntad.
Recuerda, Dios es Padre. ¿Qué hacemos con nuestros hijos? ¿Si somos solteras
con quién conversamos? Conversamos con nuestros hijos y conversamos con
nuestros padres. Eso es lo esperable y natural. Al igual Él desea hacerlo con
nosotros. Jesús que es nuestro amigo quiere ordenar lo que nosotros desordenamos,
dirigir, conducirnos. El Espíritu Santo
quiere santificar e impregnar cada vez más al pueblo de Dios de la naturaleza
divina.
Conforme a
lo expresado, podemos decir que Dios:
• se comunica y,
• equipa a Su pueblo para que se
comunique con Él.
Tenemos
oídos espirituales, naturaleza que Él sopló. Génesis 2,7, recuerda que nos hizo
con un propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario